viernes, 11 de octubre de 2013

"LA MONTAÑA" por Majo Andrín

Subir la montaña es como la vida misma. Nos paramos frente a ella antes de comenzar el ascenso, sintiendo que somos uno con ella, tan pequeños en comparación que te obliga a recuperar la humildad y la simpleza que muchas veces el ser humano pierde por creerse mas que la naturaleza.
Nos obliga a estar atentos, a pensar bien el camino que vamos a elegir. Mantener el cuerpo y la mente sana para el... recorrido, la mente plena y serena, por esto, es que subirla es un acto meditativo por excelencia.
Te pone a prueba en cuerpo, alma y mente porque es la que te va a acompañar en todo momento. O sea, esta vos con tu propia soledad. Y ahí comienza el aprendizaje: te vas a encontrar con miles de obstáculos te van a poner a prueba una y otra vez, obligándote a tomar decisiones, una de ellas es si seguís caminando, o pegas la vuelta y te dejas vences por tus miedos.
En algún momento, puede haber algún lugar para refugiarte o descansar, pero no se puede estar mucho tiempo, porque los músculos se enfrían y la mente puede convencerte de volver. O sea, hay que seguir.
Pero también puede pasar,que entre un descanso y otro, no haya nada y solo dependa de vos, seguir caminando porque el sol quema o el frió hiela los huesos y uno no pueda quedarse parado. Por eso, solo respira, aquieta los pensamientos y busca pensar con claridad, paso a paso.
En el camino, hay tantas maravillas para mirar que la montaña te obliga a dejar de mirarte el ombligo y mirar todo lo que te rodea: vaya descubrimiento!!. Volvemos a ser uno con la naturaleza, los sonidos, los silencios, los olores de la tierra que es de donde venimos y a la cual pertenecemos. Volvemos a centrarnos en nuestro ser, a lo esencial en nosotros. Volvemos a escucharnos.
Si es que buscas respuestas, tal vez las encuentres y al fin descubres que las respuestas ya estaban dentro tuyo y era solo que NO estabas escuchando.
La cima se acerca, nos acercamos al objetivo de nuestro viaje? tal vez. Con el ultimo aliento y los pies cansados seguís sacando fuerzas de donde podes para llegar, porque ahí si que no vale pegar la vuelta ... no?
Y cuando llegas la vista es increíble, y ahí sentís que todo ese esfuerzo valió la pena.
Que lindo se ve todo desde arriba y que diferente también.
Nos dejamos embriagar por lo que nos rodea, nos entregamos en cuerpo y alma a disfrutar. Ahí nuevamente la soledad que nos acompaña y que en el fondo te das cuenta que no estas nunca solo.
Pero ahí no termina el camino y otra vez te das cuenta que hay muchos caminos por recorrer solo hay que saber cual es el que tiene corazón. Porque es el mas sincero y verdadero que te va a hacer ver las cosas comos son.
Pero como es arriba, es abajo y hay que emprender el descenso, pero no es mas que seguir caminando, porque es eso, hay que seguir caminando y emfrentandose una y otra vez a las cosas lindas y a las que no son tanto, como en la vida. Porque al fin y al cabo estamos acá para aprender. Que no hay principios ni fin, que todo se transforma, que no somos mas que simples aprendices de la vida...

MAJO ANDRÍN

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